Cuentos Prestados

By: Carlos Canal CCS
  • Summary

  • Cuentos con mensaje que nos ayudan en el día a día a crecer como personas y disfrutar de lo que nos rodea.
    © 2025 Carlos Canal CCS
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Episodes
  • El secreto del Camarero
    Jan 23 2025
    Te voy a contar el secreto del camarero. Tú trabajas en un bar, una persona entra a ese bar y tú le tratas mal. Estas agobiado por el mal ambiente, problemas con tu jefe, compañeros, muchas horas, poco dinero, en fin, se de lo que hablo. Esa persona se va y lo que va a hacer es hablar mal de ti, ojo va a hablar mal de ti, no le importa tu situación, solo lo mal camarero que eres. También Va a hablar mal del local, por supuesto, mal servicio, dirá que el camarero es poco amable, y ya, por ende, seguramente que ni la comida ni lo que tú le hayas puesto le va a gustar, pero ojo principalmente el problema eres tú. Otra situación que se puede dar es la neutralidad. Tú simplemente le sirves, ni entras ni sales, le atiendes y punto, sin más, te limitas a cumplir lo justo, esa persona puede que vuelva por diferentes motivos: Quizás porque el local le queda cerca de su casa, quizás porque el café le parece que está bueno, el precio, yo qué se, pero por nada más. Simplemente él también tiene esa neutralidad. - ¿Te va a recomendar? Pues dirá bueno, yo voy ahí y no estoy mal, punto. Tú tambien para él se puede decir que ni existes. Tercera Opción que se puede dar: Llega el cliente, pero tú que ya sabes sus gustos, le tienes preparada la prensa que suele leer, le pones el café tal y como a él le gusta, sin que él te lo tenga que decir. Y encima, sabes calibrar de sobra el punto de conversación para no ser demasiado hosco ni para tampoco introducirte demasiado en su vida, todo esto dentro de ese ambiente de mal rollo con tu jefe, de muchas horas y poco salario, pero tú le atiendes así, nivel pro. ¿Qué va a hacer ese cliente? Él va a hablar muy bien sobre todo de ti, con lo cual puede ser que hasta consigas mejores sueldos y mejor trabajo va a hablar también muy bien del local, con lo cual tu jefe va a estar contento y encima, seguramente ese cliente traiga más clientes y te dé muy buenas propinas. Conozco muy bien la profesión de hostelería he estado 30 años en ella y sé que muchas veces estás en un lugar en el que no estás a gusto. Tu jefe no te trata bien, el ambiente no es bueno, hay envidias, malos compañeros, pero ojo, el cliente no tiene la culpa. Además, tú nunca sabes con quién estás hablando. Nunca sabes quién tienes delante de ti, porque yo a muchos camareros les he dejado mi tarjeta por su gran atención y hoy en día, se han apuntado en mi nuevo equipo de trabajo. Te puede salir una oportunidad solamente por hacer tu trabajo que al fin y al cabo es lo que tienes que hacer. Así que, a partir de ahora, espero que a toda esa persona que entre por la puerta le recibas con una sonrisa, una sonrisa de verdad, le des los buenos días, buenas tardes, le preguntes que le apetece, Y si vuelve que ya sepas un poquito sus hábitos, y te garantizo, que si haces esto en tu trabajo, tu vida en este año va a cambiar para bien. Porque a pesar de que tu jefe sea mala gente, a pesar de que tus compañeros sean unos impresentables eso no te puede afectar a ti, y por supuesto jamás le puede afectar al cliente que entra por la puerta y que no tiene la culpa de tus circunstancias. Y esto no es solamente para los camareros, es que no sabes, si esa persona que acaba de entrar en el local donde trabajas, es la persona que tú estás buscando para llegar a conseguir esa transformación profesional y que logres tus objetivos en esta vida, siempre se un profesional, y nunca te faltará un buen puesto.
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    4 mins
  • La gente muere
    Jan 3 2025
    La gente muere y todo se queda aqui Los planes a largo plazo, las tareas de casa, las deudas con el banco, las joyas, el coche nuevo que compré para tener estatus. La gente muere. Todo lo importantes que nos creíamos desaparece. La vida continúa. Las personas superan tu ausencia y siguen con sus dias. Morimos y todos los grandes problemas que creíamos que teníamos se transforman en un inmenso vacío. Los problemas viven dentro de nosotros. Las cosas tienen la energía que ponemos en ellas y ejercen en nosotros la influencia que permitimos. Somos pequeños, pero prepotentes vivimos olvidando que la muerte siempre está al acecho. Pero así es, un parpadeo y al otro ya estás muerto. Los viudos se casan nuevamente, andan de la mano, van al cine, se divierten y te olvidan. Somos rápidamente reemplazados en el puesto que ocupábamos en la empresa. Las cosas que creíamos nuestras son abandonadas o tiradas a la basura. Cuando menos lo esperas la gente muere. Por otra parte, ¿quién espera morir? Si la gente esperase por la muerte, tal vez procuraría vivir mejor, tal vez usara su mejor ropa hoy, o se pondría su mejor perfume. Si la gente esperase por la muerte, tal vez perdonaría más, reiría más apreciaría más sus momentos. Puede que valorase más al tiempo y menos al dinero. Si la gente tuviera conciencia de que puede partir de este mundo en cualquier momento, tal vez entendería que no vale la pena entristecerse con las cosas banales. Escucharía más música y bailaría aún cuando no lo sepa hacer. El tiempo vuela. A partir del momento en que la gente nace, comienza el viaje veloz con destino al fin y aún hay quienes viven con prisa sin darse el regalo de percibir que cada día más, es un día menos porque la gente muere todo el tiempo, poco a poco y un poco más cada segundo que pasa. Te propongo responder esta pregunta: ¿qué estoy haciendo con el tiempo que me queda? Se que puedes aprovechar mejor tu tiempo. Disfruta todo lo bello de esta vida y aprovecha toda oportunidad de ser feliz y a ser felices a quienes te rodean.
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    2 mins
  • El cielo
    Jan 3 2025
    Una señora soñó que llegaba al cielo y que, junto a las ciento veinte mil personas que mueren cada día, estaban haciendo fila para saber cuál era su destino eterno. De pronto, apareció San Pedro y les dijo: —Vengan conmigo y les mostraré en qué barrio está la casa que le corresponde a cada uno. Aquí la única cuota inicial que se recibe para su habitación eterna es la CARIDAD, traducida en obras de misericordia, comprensión, respeto por los demás e interés por la salvación de todos. Los fue guiando por barrios primorosos, como ella jamás hubiera pensado que pudieran existir. Llegaron a un barrio con todas las casas en oro; puertas doradas, techos dorados, pisos de oro, muros de oro. ¡Qué maravilla...! San Pedro exclamó: —Aquí entran todos los que invirtieron con mucho dinero en ayudar a los necesitados; aquellos a quienes su amor a los demás sí les costó en la Tierra. Y fueron entrando todos los generosos: los que compartieron su pan con el hambriento, regalaron sus vestidos a los pobres y consolaron a los presos y visitaron enfermos. La señora quiso entrar, pero un ángel la detuvo, diciéndole: —Perdóneme, pero usted, en la Tierra, no daba sino migajas a los demás. Jamás dio algo que en verdad costara, ni en tiempo, ni en dinero, ni en vestidos... Este barrio es solamente para los generosos. Y no la dejó entrar. Pasaron luego a otro barrio de la eternidad. Todas las casas construidas en marfil ¡Qué blancura, qué hermosura! Los pisos eran de marfil, los techos de marfil. La señora se apresuró para entrar a tan hermoso barrio, pero otro ángel guardián la tomó del brazo y le dijo respetuosamente: —Me da pena, pero este barrio es únicamente para aquellos que, en el trato con los demás, fueron delicados, comprensivos y bondadosos. Y usted era muy dura, falsa y criticona, y a veces hasta grosera, en el trato con los demás. Y mientras todos los que habían sido exquisitos en sus relaciones humanas entraban gozosos a tomar posesión de sus lujosas habitaciones, la pobre mujer se quedaba por fuera mirando con envidia a los que iban entrando a tan esplendoroso barrio. Le faltaba la cuota inicial, haber tratado bien a los demás. Siguieron luego a un tercer barrio. Aquello era lo máximo en luminosidad y belleza. Todas las casas eran de cristal. Pero de unos cristales excepcionalmente brillantes y hermosos. Paredes de cristales multicolores, techos de cristales refractarios, ventanales de cristales que parecían arco iris. La señora corrió a posesionarse de una de aquellas maravillosas habitaciones; el ángel portero la detuvo y, muy serio, le dijo: —En su pasaporte dice que usted no se interesó por enseñar a las personas que estaban a su alrededor el camino del bien y la verdad, y este barrio es exclusivamente para las personas que ayudan a las otros a buscar la felicidad. Aquí se cumple lo que anunció el profeta Daniel. Quienes enseñen a otros a ser buenos, brillan como estrellas por toda la eternidad. Y usted nunca se preocupó de las personas que con usted vivían se volvieran mejores. Así que aquí no hay casa para usted. Le faltaba la cuota inicial haber ayudado a los otros a cambian. Entristecida la pobre mujer veía que entraban muchísimas personas radiantes de alegría a tomar posesión de su habitación eterna, mientras ella, con un numeroso grupo de egoístas, eran llevadas cuesta abajo a un barrio verdaderamente feo y asqueroso. Todas las habitaciones estaban construidas de basura. Puertas de basura. Techos de basuras. Los gallinazos sobrevolaban sobre aquella hediondez; ratones y murciélagos rondaban por allí. La señora se puso un pañuelo en la nariz porque la fetidez era insoportable y quiso salir huyendo, pero el guardián del barrio le dijo con voz muy seria: —Una de estas casas será su habitación; puede pasar a tomar posesión de ella. La angustiada mujer gritó que no, que era horrible. Que no sería capaz de habitar en «se montón de basuras. Y el ángel le respondió: —Señora, esto es lo único que hemos podido construir con la cuota inicial que usted envió desde la Tierra. Las habitaciones de la eternidad las hacemos con la cuota inicial que las personas mandan desde el mundo. Usted solamente nos enviaba cada día egoísmo, maltrato a los demás, murmuraciones, críticas, palabras hirientes, tacañerías, odios, rencores, envidias. ¿Qué más podríamos haberle construido? Usted misma nos mandó el material para hacerle su «MANSIÓN» La mujer empezó a llorar y a decir que no quería quedarse a vivir allí; de pronto, al hacer un esfuerzo por zafarse de las manos de quien la quería hacer entrar en semejante habitación, dio un salto y se despertó. Tenía la almohada empapada de lágrimas, pero aquella pesadilla le sirvió de examen de conciencia y, desde entonces, empezó a pagar la cuota inicial de su casa en la eternidad, generosidad con los necesitados, bondad en el trato con los demás, preocupación por ...
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    5 mins

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